Cambio climático: denuncian que las zonas inundadas en Chaco son las que sufrieron el mayor desmonte | Land Portal

Lo reveló Greenpeace luego de hacer un sobrevuelo por la zona. Reclaman la emergencia forestal.

 

Hace unos días se supo que varias localidades del sudoeste de Chaco​ estaban siendo afectadas por lluvias torrenciales de hasta 300 milímetros, que provocaron inundaciones y evacuaciones en áreas urbanas y rurales. A raíz de la reiteración de estos episodios, la organización ambientalista Greenpeace recorrió por aire y tierra las áreas afectadas y denunció que coinciden con el mapa de deforestación​ que tienen relevado, por lo que reclamó al gobierno chaqueño que declare la "emergencia forestal" y no autorice nuevos desmontes.

 

Clarín intentó ponerse en contacto con autoridades del Gobierno de Chaco, a fin de consultarles su opinión sobre estas críticas, pero al cierre de esta nota no había sido posible establecer un diálogo.

Por lo pronto, la organización ecologista asegura que la causa de los anegamientos está en el paulatino pero agresivo proceso de deforestación generado durante los últimos 40 años, circunstancia que acelera los tiempos “naturales” del cambio climático, lo que a su vez incrementa los efectos negativos del calentamiento global.

 

Entre las zonas más afectadas por las inundaciones chaqueñas están las localidades de Gancedo, General Pinedo, Charata y Las Breñas. Sólo en Gancedo, por dar un ejemplo, a 300 kilómetros de la capital provincial, el temporal de la semana pasada afectó casi el 90% de la planta urbana y 80 familias de las zonas más bajas debieron ser evacuadas, informó entonces el gobierno de la provincia.

Pero Greenpeace advierte que la situación fue peor, producto de los casi 400 milímetros acumulados en dos días, que dejaron unos 200 evacuados y de 35.000 damnificados.

 

Noemí Cruz, coordinadora de la Campaña de Bosques de Greenpeace, explicó cómo fue la llegada de su equipo a la zona: “Llegamos bajo la lluvia y en el trayecto pudimos ver desde el aire enormes extensiones de tierras anegadas, con cultivos que no pudieron absorber el agua que el bosque sano sí hubiera logrado escurrir. La deforestación acelera el cambio climático y nos vuelve más vulnerables al aumento e intensidad de las precipitaciones, lo que provoca cada vez más inundaciones”.

Cruz agregó que ese escenario se vio muy seguido en Chaco, en los últimos años. “El suelo ya no aguanta más agua, está completamente saturado, impermeabilizado por los monocultivos”, señaló.

El tema no es menor: un estudio del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) reveló que una hectárea con bosque chaqueño en buen estado de conservación es capaz de absorber, en una hora, hasta 300 milímetros de lluvia. Una hectárea con pasturas, sólo 100 milímetros. Y una con soja, 30 milímetros.

Así y todo, en un sobrevuelo sobre la región chaqueña de “El Impenetrable”, Greenpeace detectó siete topadoras desmontado seis fincas.

La imagen no sorprende, si se observan los datos históricos de la provincia: Chaco es la provincia que más sufrió la deforestación de los últimos cuatro años, período en el que tuvo una pérdida de 130.177 hectáreas. En total, ya fueron desmontadas 2 millones de hectáreas de bosques nativos.

Para Cruz, las inundaciones son consecuencia de “una deforestación descontrolada”, por lo que “el Gobierno de Chaco debe declarar la emergencia forestal y frenar los desmontes”.

Elige tu propia aventura

En junio de 2019, Clarín había publicado los datos del informe “Escenarios futuros de deforestación según alternativas de expansión agropecuaria en la Ecorregión Chaqueña”, del INTA y Fundación Vida Silvestre. El estudio se enfocaba en el Gran Chaco Americano, una ecorregión forestal (“de diversidad ambiental y social excepcional”, decía el informe), de 1.100.000 kilómetros cuadrados, o sea, casi el 40% del país.

Ahí se prefiguraban cuatro “imágenes del futuro”, según qué acciones se pusieran en marcha. El caso dramático era el primero, el “escenario tendencial”, que estipulaba que el 72% de las 3,39 millones de hectáreas que podrían desaparecer para 2028 correspondían a la categoría “tierras forestales”, zonas con árboles de hasta siete metros.

El segundo modelo, llamado “aplicación legal” (o sea, con aplicación de la Ley de Bosques), permitiría conservar 1,81 millones de las hectáreas que en el primer caso se perderían.

El tercer y cuarto escenario (“no deforestación” y “no deforestación-no conversión”) eran los más radicales o conservacionistas, según el informe. La deforestación en esos casos sería “significativamente menor que en los escenarios anteriores”, decía el texto. Nada menos que diez veces menor que en el “escenario tendencial”.

Mientras se sabe que la conservación de bosques es esencial en la mitigación del cambio climático, en la Argentina, los sectores de la agricultura, ganadería, silvicultura y otros usos de la tierra generan el 39% de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero.

 

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