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COOPERACION INTERNACIONAL Y CRISIS FINANCIERA
Vera Gianotten*
La actual crisis mundial, cuyas perspectivas día a día empeoran sin que nadie se atreva a vislumbrar su fin, está teniendo consecuencias sin precedentes en el mercado financiero global, pero sobre todo afectará de forma severa a los países empobrecidos del planeta.
Según el documento "La reacción de los gobiernos de América Latina y el Caribe frente a la crisis internacional", de la CEPAL, de 2009, los países de esta región están poniendo en marcha una variedad de políticas contra cíclicas para enfrentar las crisis. Las medidas incluyen, entre otras, aumento de subsidios, disminución de impuestos e incremento del gasto público, en especial en infraestructura. Se prevé, por tanto, que América Latina experimentará una reducción de la demanda a sus exportaciones y, en muchos casos, un deterioro de los términos de intercambio. Además, enfrentará una disminución sustancial de ingresos por las remesas y crecientes dificultades para acceder al financiamiento internacional. Todo esto se da en un contexto de incertidumbre que deteriora los mercados de trabajo y afecta negativamente al consumo y la inversión.
Es previsible que la crisis financiera y la consiguiente recesión económica tengan efectos negativos para la cooperación internacional para el desarrollo, principalmente la que relaciona a instituciones no gubernamentales del norte con las del sur. En este artículo se analizan cinco amenazas que pueden afectar las relaciones de cooperación y que vienen de diferentes ámbitos y sectores: el emergente nacionalismo financiero, la disminución del Producto Interno Bruto (PIB) de los países europeos y EEUU, pérdidas por el colapso del mercado de acciones, nacionalismo del público europeo y estadounidense y posibles medidas de los gobiernos europeos y estadounidense.
1. Emergente nacionalismo financiero
EEUU y los países europeos van a cerrar su mercado financiero, atendiendo solamente inversiones nacionales. Por ello en el último Foro Económico Mundial se ha acordado, entre muchos otros enunciados de buena intención y poca implementación, reforzar la cooperación internacional a través de medidas como la de ayudar a los países emergentes y en desarrollo a lograr acceso al mercado financiero mundial, incluyendo instrumentos de liquidez y programas de apoyo; y asegurar que el Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Mundial (BM) y otros bancos multilaterales de desarrollo como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), tengan los recursos suficientes para continuar desempeñando su papel en la resolución de la crisis.
También se subrayó la importancia vital de rechazar el proteccionismo y de no volver atrás en tiempos de incertidumbre financiera. Sin embargo, a medida que la crisis financiera se está convirtiendo en una fuerte recesión económica, el debate y las respuestas políticas se alejan del ámbito internacional para centrarse en el nacional, con lo cual el acceso al financiamiento está cerrándose para los países en vía de desarrollo. Y, aunque por el momento las consecuencias negativas directas no son todavía tan dramáticas, los más pobres recibirán indirectamente los golpes más fuertes, después de haber sufrido también desproporcionadamente la crisis del cambio climático y el aumento de los precios de alimentos. Si además, los países en desarrollo van a tener menos inversiones, su economía perderá cualquier posibilidad de crecimiento.
El ´nacionalismo financiero´ implica, pues, que los países europeos y EEUU utilizan su dinero solamente para el mercado interno, por lo que los países en desarrollo, que no tienen la culpa de esta crisis, tendrán cada vez más dificultades de conseguir crédito.
2. Disminución del PIB
Los fondos europeos destinados para la cooperación al desarrollo van a sufrir reducciones, inevitablemente, debido a las reducciones de sus propios ingresos. El FMI pronostica que el crecimiento económico mundial será entre 1.5% y 2.5%, lo que significa que el PIB mundial se reducirá en 2009 entre 0.5% y 1.0% debido a las condiciones económicas y los pocos avances logrados hasta ahora para estabilizar el sistema financiero.
Los países europeos y EEUU sufrirán recesiones profundas con decrecimiento económico de alrededor del 3%. Holanda, Suecia y Dinamarca, tres países que cumplen fielmente con el acuerdo de las Naciones Unidas de destinar el 0.8% de su PIB para la cooperación al desarrollo, experimentarán un crecimiento negativo de su economía. Por lo tanto el monto absoluto para la cooperación bajará proporcionalmente. De hecho, el presupuesto de Holanda ya bajó 350 millones de euros y el compromiso de la Unión Europea de destinar el 0.56% del PIB está en cuestión debido a un mucho menor crecimiento económico que el esperado. El compromiso real en términos absolutos será de US$ 4.6 mil millones menos que lo proyectado para el 2010.
3. Pérdidas en acciones
Algunas fundaciones, agencias y otras organizaciones privadas de cooperación han invertido sus ahorros en acciones, con los cual, varias están reportando pérdidas de hasta un 40% de su capital. Por consiguiente, han tenido que reducir sustancialmente sus presupuestos destinados a actividades en los países en desarrollo. Las fundaciones ligadas a algunos bancos han sido las primeras en haber anunciado una gran reducción de su presupuesto. Estas fundaciones subvencionan principalmente proyectos culturales (teatro, música, danza, literatura) en sus propios países y proyectos de desarrollo en los países receptores de ayuda. Es previsible que primero intenten reducir sus gastos de personal en las oficinas centrales, y luego lo hagan con los gastos destinados a los proyectos de desarrollo.
4. Nacionalismo
Aumentará sustancialmente el número de desempleados. En Inglaterra, por ejemplo, el número de desempleados ya ha sobrepasado los dos millones y más de 138.000 ingleses han perdido su empleo en febrero de este año, lo que significa el aumento más grande de los últimos 60 años. La crisis laboral puede tener efectos negativos sobre la voluntad de la población de seguir destinando dinero a la cooperación. Ya hay voces que quieren que los gobiernos implementen dos medidas: disminuir drásticamente el número de migrantes, porque estarían -supuestamente- quitando puestos de trabajo de los nacionales; y disminuir drásticamente la cantidad de dinero que el gobierno destina a la cooperación, o sea reducir el 0.8% del PIB.
5. Políticas de los gobiernos
Las propuestas mencionadas en el acápite anterior tendrán eco en los gobiernos, dependiendo de los partidios políticos que actualmente forman los gobiernos en Europa y de los resultados de futuras elecciones. En situaciones de crisis, los partidos de derecha siempre han ganado, gracias a sus políticas nacionalistas, lo que supone bajar el porcentaje destinado a la cooperación y no dar dinero para proyectos grandes destinados a energía limpia, proyectos de comercio justo en países en vía de desarrollo. Mientras que los partidos políticos que siguen priorizando la solidaridad mundial y se oponen a esas medidas enfrentarán problemas electorales en un futuro próximo. No está nada claro qué posición tomarán cuando vean que su apoyo electoral esté disminuyendo.
En conclusión, los líderes mundiales se han comprometido a destinar US$ 16 mil millones para combatir la pobreza y el hambre, tal como fue acordado en las Metas del Milenio. El Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, ha dicho que esperaba que los Estados cumplan, pese a que un funcionario de la Unión Europea le había advertido que los donantes que prometen cumplir con sus compromisos, están mintiendo. En otras palabras, el cumplimiento de las Metas del Milenio está más lejos que nunca.
Parece claro que el año 2009 tendrá menos inversión social y más incertidumbre ante el impacto de la crisis financiera internacional. Las ONG deben prepararse para afrontar esta crisis que las obligará a apelar, una vez más, a su flexibilidad para adaptarse al nuevo contexto, proponiendo nuevas reglas de juego para la regulación y la protección de la economía local; y priorizar el sector productivo agrícola, al que actualmente sólo se destina el 4% de las inversiones de la cooperación.
Vera Gianotten es socióloga rural y trabaja como consultora independiente en Bolivia y otros países de América Latina. Actualmente forma parte del equipo de investigación de la Fundación TIERRA, Bolivia.