En Quibdó, menos del 1 % de los propietarios privados es dueño del 94 % del territorio rural.
Siempre se ha dicho que Colombia es un país inequitativo, y máxime en lo que tiene que ver con la propiedad de la tierra. Históricamente se ha hablado que la zona rural está en manos de unos pocos y que los campesinos, quienes se encargan de labrar el suelo, son los que menos tierra tienen.
Sin embargo, hasta ahora no había sido medido con algún método científico, la mayoría de las veces se basaba en conclusiones parciales a partir de documentos o en simples apreciaciones.
Ahora, el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (Igac) acaba de terminar un estudio mediante el cual, aplicando el coeficiente Gini (que permite, a partir de una fórmula matemática, medir la desigualdad) determinó que, en efecto, nuestro país es altamente desigual en cuanto a la propiedad del terreno rural.
Según el Igac, la desigualdad en la tenencia de predios en el campo, medida por el coeficiente Gini (en donde 0 significa total igualdad y 100 plena desigualdad), es en promedio del 89,7 por ciento (el Igac aplica esta fórmula con porcentaje). Esto simplemente ratifica que Colombia tiene mucha tierra rural, pero en pocas manos.
“Normalmente, este coeficiente se usa para medir la desigualdad en los ingresos de los hogares, pero también es de gran utilidad para cualquier forma de distribución desigual”, explicó Juan Antonio Nieto Escalante, director del Igac.
Según Nieto, “un Gini de propietarios cercano al 90 por ciento indica que la mayoría de la tierra rural en Colombia está concentrada en pocas personas, una desigualdad desmesurada”.
El funcionario explicó que la entidad analizó el comportamiento de la tenencia de los predios rurales privados, sin incluir los que están a nombre del Estado, resguardos indígenas, parques nacionales y de las tres grandes urbes (Bogotá, Medellín y Cali).
Tras hacer este cruce, el resultado es que existen cerca de 3,7 millones de predios rurales, con una extensión de 61,3 millones de hectáreas.
Esos terrenos rurales están en manos de 3’552.881 propietarios. Y, según el Igac, el 25 por ciento de esos propietarios son los dueños del 95% del territorio.
Al cruzar una serie de variables, como el número de propietarios en el país con cantidad de hectáreas que poseen y aplicar la fórmula del índice de Gini, el Instituto obtuvo el resultado del 89,7.
El territorio nacional está conformado por más de 114 millones de hectáreas, de las cuales el 54 por ciento (61,3 millones) es de propietarios privados en el campo.
A esto hay que agregar que, según datos del Dane, el 64 por ciento de los hogares campesinos no tienen acceso a la tierra, que la pobreza rural alcanza el 20 por ciento y que 4,4 millones de propietarios rurales cuentan con área insuficiente para trabajar.
De acuerdo con el Igac, ninguno de los 32 departamentos tienen un Gini de propietarios que tienda hacia cero, es decir, hacia la igualdad. Es más, no hay un solo ente territorial que esté por debajo del 50 por ciento en cuanto a desigualdad.
Los municipios
Entre los 10 municipios con mayor inequidad en la tenencia de la tierra en el país hay tres localidades del Chocó.
El caso más grave, a la luz del estudio del Igac, es Quibdó, donde menos del 1 por ciento de los propietarios privados es dueño del 94,87 por ciento del territorio rural. Esa población cuenta con 2.692 predios en el campo.
Luego viene Buenaventura, en el Valle del Cauca, donde el índice Gini llega al 97,7. Allí, el 1,19 por ciento de los propietarios rurales es dueño del 95,05 por ciento de los terrenos rurales.
En lo que tiene que ver con los departamentos, el reporte entregado por el Agustín Codazzi da cuenta de que Guainía encabeza la tabla de las regiones colombianas con mayor inequidad en la propiedad del campo.
Allí, el índice de Gini es del 98,7, pues el 0,01 por ciento de los propietarios rurales acumulan el 99 por ciento de terrenos rurales privados.
En ese departamento, según los datos del Igac, hay 4,8 millones de hectáreas en manos de 231 propietarios. Eso significa que, en promedio, cada uno es dueño de al menos 20.779 hectáreas. El segundo lugar es para Meta, donde el coeficiente de Gini llega al 91,37.
Allí, de acuerdo con los datos del Instituto Geográfico, hay 5,2 millones de hectáreas que pertenecen a 124.000 personas.
“En el tercer departamento más inequitativo, el Valle del Cauca, el 0,18 por ciento de los propietarios rurales acumula el 95 por ciento de los predios rurales probados”, señala el Igac.
Los departamentos que le siguen a los tres primeros en cuanto a inequidad son Vichada, donde el índice es del 53,9; Guaviare, donde es del 56,3 y luego está Caquetá, con el 61,1.
“El ideal sería que todos los propietarios fueran dueños de igual área de terreno”, aseguró Nieto Escalante.
Según el informe del Igac, de los 3,7 millones de predios privados rurales que hay en el país, 2,9 millones son de un único propietario.
Entre tanto, 810.000 son multipropietarios (un mismo terreno con varios dueños).
Claro que un mismo propietario puede estar registrado como dueño de varios predios.
El reporte da cuenta de que los departamentos con mayor cantidad de predios rurales de un único propietario son Antioquia, Cundinamarca y Boyacá.
En lo que tiene que ver con los terrenos en manos de multipropietarios se imponen Boyacá, Cundinamarca y Antioquia.
Lo cierto es que con este informe queda en evidencia que la inequidad en lo que tiene que ver con la propiedad de la tierra en Colombia es un fenómeno que, por ahora, parece estar lejos de desaparecer.
‘Es un problema que viene desde la época de la Colonia’
Juan Antonio Nieto, director del Igac, asegura que la inequidad en la tenencia de la tierra en Colombia se debe a diferentes políticas que favorecieron a los terratenientes. Para él, la inequidad es sinónimo de injusticia, de pobreza y de violencia.
¿A qué se debe la inequidad en la propiedad de la tierra en el país?
Sobre este tema creo que la historia ya dio su veredicto y ha obedecido a las políticas que distintos gobiernos impusieron para favorecer intereses de los terratenientes y poderosos sobre la clase campesina por décadas. No se puede decir que obedezca a distorsiones técnicas porque modelos equitativos siempre han existido.
¿Entonces, esto viene desde hace mucho tiempo?
Sí. Desde la época de la Colonia, pero también desde siempre el problema ha sido identificado y poco o nada se ha hecho para revertir esos modelos perversos que solo cambian de autor.
¿Qué tan grave es que el 25 por ciento de los propietarios rurales sea el dueño del 95 por ciento de la tierra rural?
Sin duda, ha sido y es grave. Justamente, esa tendencia es la que vamos a revertir los que tenemos que ver en el tema de tierras y que fue pactado por el Gobierno en el acuerdo de La Habana. Aunque mucho antes de la firma de ese acuerdo ya el Presidente nos había alineado para trabajar en ese propósito.
¿Esto cómo afecta al país?
Lo ha afectado y lo afecta enormemente. La iniquidad es sinónimo de injusticia, de pobreza y de violencia.
¿De cara al posconflicto, esto cómo puede afectar?
Más que afectar en el posconflicto, lo que se hará es lo que mencioné: revertir esa situación y entregarle al país un ordenamiento territorial productivo y ambiental que inserte al país en la modernidad y elimine la inequidad histórica sobre la tierra.
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