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Biblioteca Plaguicidas, salud y ambiente, una experiencia eco sistémica para el desarrollo rural

Plaguicidas, salud y ambiente, una experiencia eco sistémica para el desarrollo rural

Plaguicidas, salud y ambiente, una experiencia eco sistémica para el desarrollo rural

Resource information

Date of publication
Marzo 2015
Resource Language
ISBN / Resource ID
IPDRS-Diálogos-145
Pages
3
License of the resource

 
Toda comunicación se establece en un contexto social determinado que la condiciona. El contexto social determina la calidad de la comunicación para hacerla más profunda y sincera. En el ámbito rural, una comunicación veraz debe crear conciencia sobre los problemas de producción, de educación, de vivienda, de salud, entre muchos otros ámbitos de la vida de la población, empoderando a las y los campesinos como protagonistas de su propio desarrollo. Bajo tales premisas, la autora propone una mirada integral sobre el uso de plaguicidas, eco sistémica, según la visión de PLAGBOL, cuya experiencia es la base del texto que presentamos en la versión 145 de la serie Diálogos.
Existen muchos problemas en el área rural que demandan intervención, uno de ellos tiene que ver con los agroquímicos. Si bien la problemática de los plaguicidas en Bolivia está inserta en los ámbitos doméstico, agrícola y de la salud pública, es en la agricultura donde cobra mayor importancia, ya que es el que cuenta con el mayor porcentaje de uso de estas sustancias químicas y, por lo mismo, es el que ocasiona mayor preocupación debido a las implicancias negativas que genera en la salud de los agricultores y de los comercializadores de esos insumos y consumidores de alimentos.
El problema y su respuesta
La producción de alimentos es una de las principales actividades económicas del país. Hay varios factores que han creado la necesidad de usar plaguicidas en nuestro territorio. Por un lado,  la existencia de superficies cultivadas (grandes, medianas y pequeñas), la necesidad de cumplir con plazos rigurosos y estándares de exportación, la falta de información accesible para los agricultores y la agresiva publicidad de las empresas productoras y comercializadoras de plaguicidas, inclusive los más tóxicos, como la única solución para el control de plagas y enfermedades. Este uso ha estado caracterizado por ser excesivo e irracional, causando muchas veces daños en la salud de los agricultores y sus familias y contaminando el medio ambiente. Cada año las importaciones de estos químicos suben de manera alarmante, siendo los más utilizados fungicidas, herbicidas e insecticidas.
El uso de estos productos en nuestro país se remonta a la década de los años sesenta; desde entonces, su uso va en aumento anualmente, tal como lo señala el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (SENASAG) para el año 2011, cuando se importó cerca de cincuenta mil toneladas de esos insumos (SENASAG, Área Nacional de Registros de Insumos Agrícolas, 2011).
Las áreas donde el uso de plaguicidas es mayor son las de los rubros de la producción de grandes extensiones de monocultivos de soya y otros productos. Pero no se trata de una práctica solamente vinculada a los grandes agricultores, sino también está presente en la pequeña y mediana agricultura, donde se producen hortalizas y frutales en todo el territorio nacional.
La Fundación PLAGBOL es una organización que nació el año 2001 como una respuesta a la problemática del uso inadecuado de los plaguicidas en Bolivia. Varios proyectos han sido implementados desde el año 2001, con un enfoque eco sistémico que integra y articula las áreas de la salud, la agricultura y ambiente a partir de una educación ambiental dirigida a los diferentes actores involucrados en el tema. El propósito es reducir los efectos adversos del uso irracional de estas sustancias químicas en la salud de la población boliviana en general, mediante la prevención de los daños a la salud y al ambiente causados por plaguicidas.
La educación ambiental está orientada a generar conciencia, conocimiento, actitudes, habilidades y capacidad de evaluación y participación entre los diferentes sujetos sociales y económicos que participan y se vinculan alrededor de los procesos productivos y de su comercialización en los mercados del país, para fomentar acciones de cuidado y respeto por el medio ambiente y la preservación de la salud humana.
Una propuesta metodológica
La perspectiva eco sistémica  tiene tres componentes: salud, agrícola y comunicación, cada uno con un objetivo en particular. El componente de salud busca disminuir el número y la mortalidad de intoxicaciones por plaguicidas en la población en general, mediante un mejoramiento del diagnóstico, tratamiento, registro y prevención de las intoxicaciones. El componente agrícola pretende reducir el número de intoxicaciones ocupacionales, la contaminación del medio ambiente y de los procesos agrícolas a través de la promoción de un Manejo Integrado de Plagas (MIP) y, finalmente, el componente de comunicación busca concientizar a la sociedad boliviana acerca de la problemática de los plaguicidas en nuestro entorno.
Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ocurren en el mundo aproximadamente tres millones de intoxicaciones agudas cada año, la mortalidad total por intoxicaciones agudas alcanzaría la cifra de 220.000 defunciones al año. La exposición intensa a largo plazo, principalmente laboral, podría representar a unos 735.000 casos con efectos crónicos específicos. Se estima que la exposición de baja intensidad a largo plazo podría causar unos 37.000 casos de cáncer y otros efectos crónicos inespecíficos. En algunos países han ocurrido intoxicaciones masivas de gran envergadura, principalmente de origen alimentario, según advierte M. Arbelaez en el documento Vigilancia sanitaria de plaguicidas; Experiencia de PLAGSALUD en Centroamérica. Las mujeres y los niños son el grupo más vulnerable para sufrir intoxicaciones agudas o crónicas por exposición a plaguicidas.
Bajo esa triple perspectiva, las líneas de acción priorizan procesos tales como la capacitación de  recursos humanos de las áreas de salud, agricultura y educación en la temática de los plaguicidas y sus efectos sobre la salud y el medio ambiente;  la promoción de la investigación científica en las mencionadas áreas, en coordinación con Instituciones de educación formal superior; y la producción de materiales educativos e informativos para cada grupo meta que acompañe los procesos de información, educación y concientización.
Complementariamente, una línea fundamental está orientada a promover la integración de los actores involucrados en la temática de plaguicidas a nivel nacional e internacional. Se ha logrado coadyuvar en la articulación de acciones entre autoridades con poder de decisión y productores, tal es el caso del municipio de Comarapa en el departamento de Santa Cruz, donde los agricultores asociados realizaron un convenio con el Gobierno Municipal para dar capacitación a otros agricultores en el Manejo Integrado de Plagas (MIP) y lograron producir con menos químicos
Después de trece años de trabajo en el campo de los plaguicidas con miras a reducir los efectos adversos de los mismos en la salud de las personas y en el medio ambiente a través del enfoque eco sistémico, se puede decir que se han conseguido resultados en el desarrollado de actitudes, capacidades y destrezas en el personal de salud, profesores y agricultores, contando con recursos humanos calificados en las diferentes áreas. Una muestra de ello es que se ha logrado incorporar el tema de plaguicidas y MIP en la curricula de Institutos Técnicos Agropecuarios e Institutos Normales Superiores; se ha implementadoa nivel nacional un sistema de vigilancia epidemiológica de intoxicaciones agudas debido a plaguicidas que puede ser consultado en la página oficial del Sistema Nacional de Información en Salud (SNIS);  se llevaron a cabo campañas de información, sensibilización y concientización, fruto de las cuales las autoridades con poder de decisión mostraron su interés y voluntad de generar políticas que contribuyan a darle una solución al  problema. Tal fue el caso de los municipios de Caranavi y Comarapa junto a los cuales se llevaron acciones de difusión de los riesgos potenciales de los plaguicidas en la salud y el ambiente.
Es destacable que se puedan mostrar logros a través de datos que consignan el incremento de la capacidad de atención de centros de salud al tratar a pacientes intoxicados, mediante un mejor diagnóstico, tratamiento y prevención de intoxicaciones por plaguicidas y, por tanto, el hecho de que se haya logrado reducir el uso de plaguicidas tóxicos mediante la promoción de las estrategias del Manejo Integrado de Plagas. Los agricultores capacitados se han asociado y ahora brindan servicios de asesoría y capacitación a otros productores en sus municipios para reducir el uso de plaguicidas y fomentar la aplicación del MIP.
Más gente involucrada produce mejores resultados
La experiencia de Plagbol comprobó que en el ámbito educativo son fundamentales acciones de efecto inmediato  de difusión pública y en el de las políticas institucionales la incidencia para un contacto sostenido y directo con autoridades y funcionarios de los distintos niveles estatales, a largo plazo es muy importante establecer vínculos con otras instituciones, tanto a nivel nacional como internacional, ya que estas sinergias benefician el logro de los objetivos generales de la estrategia.
Pero también es necesario incursionar en el campo de la investigación científica en las áreas agrícola y de salud debido a que los datos obtenidos se convierten en la mejor evidencia de la existencia de un problema que debe ser tratado. La investigación sobre residuos de plaguicidas organosforados en cultivos de tomate que realizamos el año 2012 en el municipio de Omereque (departamento de Cochabamba) y el de Río Chico (departamento de Chuquisaca) fue uno de los pilares para llevar adelante el proyecto “Alimentos y ambientes sanos” que busca fomentar la responsabilidad social y ambientalde las organizaciones civiles de base para disminuir la morbilidad asociada a los alimentos y medio ambiente contaminados por plaguicidas.
Es nuestro deseo que las experiencias exitosas conseguidas en todos estos años de trabajo se puedan replicar en otros contextos locales, regionales, nacionales e internacionales, y apoyar de esta manera mejoras en la calidad de vida de las personas y minimizar los riesgos de intoxicación y contaminación del entorno debido al uso de sustancias químicas.

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