Los jóvenes agricultores franceses tienen que enfrentarse a un difícil acceso a la tierra y a un elevado coste para traspasar las explotaciones agrícolas.
sos, y otros obstáculos, son grandes piedras en el camino también para que se produzca el necesario relevo generacional en el sector, lo cual aleja el objetivo de reemplazar a los agricultores que se jubilen para 2026, según se informa en este reportaje del portal europeo EURACTIV.fr, socio de EFE.
¿Se producirá un relevo generacional en la agricultura francesa? La respuesta a esa pregunta es más dudosa que nunca. Actualmente, sólo uno de cada cinco agricultores en Francia es menor de 40 años. Y la cifra de explotaciones agrarias es insuficiente para amortiguar la jubilación de un gran número de agricultores galos.
Durante los últimos diez años, la cantidad de granjas en Francia ha oscilado entre las 13.000 y las 15.000 al año, en parte impulsadas por una nueva generación no proveniente del sector agrícola, la cual representa, no obstante, una parte proporcional creciente de los nuevos agricultores.
Pero este pequeño factor de crecimiento es insuficiente para compensar al gran número de agricultores que tienen previsto jubilarse en los próximos años. Para 2026, casi uno de cada dos agricultores en Francia habrá alcanzado la edad de jubilarse.
“Si prosigue esta tendencia, casi dos tercios de agricultores no será sustuido”, asegura Loïc Quellec, vicepresidenta de la Asociación de Jóvenes Agricultores de Francia, que tiene como misión impulsar un rejuvenecimiento del sector. Como resultado de ello, la cifra de agricultores activos se sigue reduciendo, desde el 1,5% al 2% al año.
En 2018, había 448.500 agricultores activos, en comparación con los 514.000 que había una década antes, según las cifras del sistema francés de protección social para el sector agrario, la Mutualité Sociale Agricole (MSA).
¿Tierras cultivables en riesgo?
El escaso entusiasmo de las generaciones más jóvenes por la actividad agrícola se debe a toda una combinación de factores. El actual panorama en el mundo agrario francés no favorece que los jóvenes busquen labrarse un futuro, ya sea en agricultura o en otro campo. Esto significa que mientras las granjas se solían heredar más o menos de forma automática de generación en generación, hoy en día eso ya no se produce. “Eso (la transmisión por herencia) ya no es automático”, asegura Loïc Quelled.
“Afortunadamente hay un número creciente de explotaciones agrarias gestionadas por familias que no provienen del medio agrario, dado que los hijos de agricultores por sí mismos no pueden garantizar la renovación generacional”, asegura.
Las dificultades que comporta el trabajo en el campo, además de los bajos ingresos, desalientan a los jóvenes franceses. Según un estudio de la MSA, el ingreso promedio de los agricultores es de cerca de 1.250 euros al mes. Pero una tercera parte de los agricultores gana menos de 350 euros por mes, según esas estadísticas.
“Para que los jóvenes se incorporen al sector agrícola habría que desterrar la imagen de que es una profesión en la que se obtiene un bajo salario. Es verdad que hay casos complejos, pero también hay agricultores que se ganan bien la vida con ello”, subraya.
Para facilitar el traspaso de explotaciones agrarias fuera de los círculos familiares, las Cámaras de Comercio de Francia han creado sesiones de encuentros denominados “traspaso-adquisición”. En ese contexto, Jacky Tillier, un ganadero propietario de 80 vacas de raza “Charolais” logró encontrar a un joven que adquiriera su granja.
“Mi temor era que la tierra en la que estaba trabajando acabase dividida en varias extensiones y que nadie estuviera interesado. Mi familia ha estado viviendo aquí desde 1928, y habría sido muy duro desde el punto de vista sentimental ver cómo desaparecía”, afirma.
Un traspaso complejo
Para traspasar la granja dentro de la familia, el camino también puede estar plagado de osbtáculos. “Cuando eres hijo de un agricultor, puedes llegar a pensar que es más fácil poner en pie una explotación ganadera porque tienes el acceso a la tierra. Pero, en la práctica, es no siempre es así”, explica el representante de la asociación de jóvenes agricultores.
Los agricultores, que a menudo alquilan sus tierras, no pueden siempre garantizar el traspaso del arrendamiento agrícola a sus hijos. Y la especulación del terreno a veces dificulta la disponibilidad de terrenos cultivables.
“Cuando me instalé, me llevó seis años encontrar una parcela para construir mi establo y poder almacenar heno, porque estoy situado en una región muy turística, los Alpes de Haute Provence. A consecuencia de ello, los propietarios son reticentes a permitir construcciones agrícolas en una parcela de tierra de las cual esperan sea un terreno donde poder construir”, explica.
Para apoyar a los jóvenes compradores, existen diversas herramientas, entre ellas apoyo a la instalación y a la transferencia, o la exención del impuesto de transmisiones cuando las empresas agrícolas se donan sin deudas.
¿Misión para la PAC?
Para garantizar que los jóvenes agricultores reciben apoyo y se produce un relevo generacional, la futura Política Agrícola Común (PAC) tendrá que desempeñar un “papel crucial”, explica Loïc Quellec. Hoy en día, la propuesta de la futura PAC “post 2020” prevé que el 2% del presupuesto nacional se destine a la instalación de jóvenes agricultores.
Pero, al mismo tiempo, el límite de edad para recibir un subsidio compensatorio (Natural Disabilities Compensatory Allowance, ICHN), que estaba previsto para personas menores de 65 años, fue eliminado por Bruselas, al ser considerado discriminatorio.
Esta ayuda, cuyo objetivo es apoyar a los agricultores en áreas en las cuales las condiciones de producción son más difíciles que en otras partes, se seguirán pagando a los agricultores en edad de jubilación, pero en perjuicio de los más jóvenes.
“Algunos agricultores no se jubilan porque los pagos directos son más ventajosos que la jubilación”, sentencia Quellec.