This paper analyzes real estate market dynamics over the past decade in the city of Ahmedabad, India, with a view to improving the living conditions of the large population living in slums. The paper combines census data, the National Sample Survey, and slum household surveys to review the demand side of the market. Satellite photography was used to estimate the production of both formal and informal housing over the past ten years. Analysis of the execution of the development plan for the Ahmedabad region and town planning schemes shows how the system of housing supply has evolved.

La lucha por la hacienda Santa Elina (Brasil) es de una ocupación permanente reivindicando la reversión de esa propiedad durante 15 años. Actualmente tienen un título denominado “contrato de concesión de utilización” donde ellos son los beneficiarios pero la tierra sigue en propiedad del Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria.

Se trata de un caso donde 10 familias migran, ocupan y acceden, vía adjudicación estatal, a tierras incautadas al narcotráfico, con perspectivas actuales de producción familiar, agroecología y agroforestería.

A luta dos camponeses do Assentamento Canaã é um exemplo claro da luta de posseiros legítimos pela terra. Eles ocuparam uma terra que estava abandonada há mais de 20 anos pelo latifúndio, cujos documentos de legalidade não são considerados fiáveis e dedicaram treze anos de trabalho duro ao local, transformando-o hoje numa das a reas mais produtivas do estado de Rondônia (Brasil).

El asentamiento Arsenio Vásquez es fruto de una ocupación masiva de familias locales de la Federación Nacional Campesina y la regularización se dio a través de un acuerdo firmado entre la organización nacional y el Estado paraguayo en 2004. Se trata de una propiedad común donde las familias locales no tienen títulos individuales, pero sí documentos que respaldan la ocupación de sus fincas.

El asentamiento Arsenio Báez es fruto de una de las largas y penosas luchas por la tierra que se dio en Paraguay, desde la caída de la dictadura en 1989. Cuenta con 346 hectáreas, en promedio las familias tienen entre 3 y 5. Luego de años de lucha, el Estado paraguayo procedió a expropiar la tierra a favor de los ocupantes.

El Estado compró 7.500 hectáreas de tierra para entregar a la Comunidad Tava Guaraní. Las tierras siguen siendo propiedad del Estado paraguayo. Por mucho tiempo se planteó combinar la propiedad familiar con la colectiva, propuesta rechazada por el INDERT, principal motivo por el cual no se podía avanzar en la titulación de las mismas. Finalmente el Estado lo aceptó.

En 1995 se creó una comisión vecinal de sin tierras para representar a 200 familias; esto duró 5 años. Sin respuestas, se inició la ocupación de una propiedad privada. En ese tiempo fueron desalojados 5 veces y perseguidos los ocupantes. En 2000, después de una larga movilización se logró firmar un acuerdo para adjudicarse la tierra.

300 familias del corregimiento de Guáimaro que acceden colectivamente a la tierra, luego de ser víctimas de desplazamiento forzado a causa del paramilitarismo y que en un segundo momento, al retornar a su tierra, se enfrentaron con un proceso de desconocimiento y vicio institucional en lo concerniente al proceso de restitución de tierras.

La comunidad campesina de la finca La María – Hato Frío, dentro de iniciativas organizativas campesinas de los años 60, llevó a cabo tomas de tierras acaparadas por el latifundio. Como consecuencia de la presión ejercida sobre la tierra, las familias de la comunidad, luego de muchos años, fueron adjudicatarias de un predio en común y proindiviso, a partir de procesos de compras estatales de tierra

El Barrio de Ykua Porâ en Chino Cue, Paraguay, es una extensa comunidad campesina generada a partir de una ocupación colectiva pionera. Unas 60 familias forman parte de la asociación de productores y productoras. La tenencia de la tierra es familiar. Cada familia porta un título provisorio emitido en 2010 por el INDERT, que les permite hacer gestiones ante instituciones estatales y privadas.

El barrio de Cerro Norte constituye un territorio para muchos de sus habitantes, geográficamente ubicado en la frontera donde se acaba lo urbano y empieza lo rural, Cerro Norte ha sido un espacio forjado al calor de conflictos y luchas por el acceso a la tierra, a los servicios, al agua y a la soberanía alimentaria.