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News & Events Las raíces de un árbol sagrado
Las raíces de un árbol sagrado
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Las raíces de un árbol sagrado
Nicholas Parkinson
Las raíces de un árbol sagrado

En el corazón de la historia oral de la comunidad de Santo Madero está la leyenda de un árbol milagroso que se cayó después de una violenta tormenta y reapareció varios días después, erguido y verde. El evento, que refleja el realismo mágico por el que Colombia es famosa, se ha vuelto una pieza fundamental de la leyenda local y se celebra cada año en la comunidad que lleva su nombre, Santo Madero.

Las raíces de la comunidad son tan profundas como las del árbol mágico, y trazan un camino de cientos de años atrás, hasta la mitad del Siglo XVI, cuando algunos de los esclavos que fueron traídos de África hasta Colombia, conocidos como la diáspora Palenquera, huyeron de Cartagena y se asentaron en las montañas de los Montes de María, en la región del Caribe colombiano.

Alrededor del año 1845, las primeras familias de Santo Madero llegaron a una zona llamada El Paraíso, en el municipio de San Jacinto, en Bolívar. Hoy, la comunidad de Santo Madero alberga a más de 430 familias, o 1.350 personas.

Amilcar Rocha, que es el actual líder del Consejo Comunitario Santo Madero, conoce de primera mano cómo el territorio ancestral de la comunidad ha jugado un papel crucial en su identidad cultural, estabilidad económica, y conservación ambiental.

La comunidad de Santo Madero celebra sus fiestas cada año en noviembre.

“Para las comunidades negras, el territorio es un tema que no nace en Colombia, es un tema antiguo. El Estado colombiano tiene que garantizarle un territorio a los pueblos negros e indígenas, para que las comunidades étnicas puedan hacer sus prácticas tradicionales, y mantener su cultura y su tradición.”

-Amilcar Rocha, líder del Consejo Comunitario Santo Madero

 

Rocha fue testigo de cómo cientos de personas de su comunidad fueron desplazados por la violencia en 1999, y ayudó a enviar la primera solicitud de un título de tierras colectivo al ya extinto Instituto Colombiano de Desarrollo Rural (INCODER). Basándose en la experiencia de la comunidad Afrocolombiana más famosa de Colombia, San Basilio de Palenque, Rocha tenía esperanzas de que el gobierno les respondiera su solicitud en el 2010.

“Pero los seis meses se convirtieron en 14 años, porque en Colombia los trámites son un poco más demorados que lo que dice la norma. Y como aquí las políticas no son de Estado sino de gobierno, entonces depende uno de la voluntad política de ese gobierno para sacar los títulos,” explica Rocha.

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A principios de la década de 2000 el conflicto de Colombia golpeó duramente la región de Montes de María y provocó decenas de masacres y el desplazamiento de miles de personas.

Preservando nuestra cultura

Santo Madero está situado en la región de los Montes de María, donde miles de personas quedaron atrapadas en medio del conflicto armado y fueron víctimas de violencia extrema y masacres. Por más de una década, los habitantes de esta zona regularmente enfrentaron amenazas y extorsiones, lo que resultó en la pérdida de la agricultura como actividad productiva y llevó a muchos a buscar una nueva vida en ciudades cercanas. En el 2010, muchos temían que las tradiciones de la diáspora Palenquera se perdieran para siempre.

Los que volvieron a sus tierras trataron de solicitar sus títulos de tierras individuales a través del programa de restitución de tierras. Rocha continuó defendiendo el título colectivo para garantizar la integridad de la comunidad, ya que con un título colectivo la tierra no puede ser comprada o vendida.

“Nosotros queríamos el título colectivo para mantener la unión del territorio y evitar las compras masivas de tierras, evitar que nos fueran a desplazar. Sabíamos que si nos dividíamos, alguien vendría a comprarnos”, dice Rocha

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La diáspora palenquera ha mantenido vivas la lengua y las tradiciones orales, así como un rico patrimonio cultural de cocina, danza y música. Arriba, la comunidad de Santo Madero demuestra sus habilidades ecuestres en una fiesta comunitaria.

Un milagro diferente

En el 2016, a raíz del Acuerdo de Paz, USAID empezó a trabajar con la Agencia Nacional de Tierras (ANT), la institución colombiana que reemplazó al INCODER y que es la responsable de titular la tierra. Juntos, USAID y la ANT han implementado Planes de Ordenamiento Social de la Propiedad Rural (POSPR).

Implementar un POSPR consiste en recolectar información de todos los predios de un municipio para titular toda la tierra, y apoya a grupos Afrocolombianos e indígenas a recolectar información y solicitar títulos de propiedad colectivos.

Entre el 2021 y el 2024, los equipos de campo llevaron a cabo ejercicios de cartografía social, descifraron la historia de los predios, y realizaron entrevistas con líderes sociales en los municipios de San Jacinto y El Carmen de Bolívar (región de Montes de María).

USAID apoyó la creación de un grupo de trabajo entre el Consejo Comunitario Santo Madero, la Unidad de Restitución de Tierras (URT), y la ANT, donde se discutieron y resolvieron desafíos técnicos, institucionales, y comunitarios.

USAID también jugó un papel clave al coordinar reuniones con la Dirección de Asuntos Étnicos de la URT y la ANT, para determinar cómo usar la información recolectada durante el POSPR. Este año, la ANT finalmente emitió el título de tierras colectivo, que garantiza que este territorio ancestral no pueda ser vendido, dividido, o despojado. Es el primer título de tierras colectivo emitido como resultado de la implementación de los POSPR apoyados por USAID.

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En los municipios de San Jacinto y El Carmen de Bolívar (región de los Montes de María), USAID realizó el levantamiento catastral de cerca de 14.000 parcelas y puso a disposición del gobierno la información para formalizar o legalizar casi 8.000 parcelas.

"El título colectivo reconoce que la comunidad negra tiene un territorio donde puede aplicar su gobierno propio, entonces tiene mucho más alcance que la legalización de un predio. La comunidad ahora puede decidir qué hacer con sus recursos renovables."

Amilcar Rocha, líder del Consejo Comunitario Santo Madero

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La inclusión social

USAID diseñó y utilizó protocolos que incluyen el consentimiento libre, previo e informado (FPIC) y el nombramiento de un enlace étnico delegado por la comunidad.

USAID está trabajando con comunidades y autoridades étnicas en los municipios de Tumaco, Santander de Quilichao, San Jacinto, El Carmen de Bolívar, Ataco y Chaparral para recolectar información y tener la documentación necesaria para que le presenten sus solicitudes de títulos colectivos de tierra a la ANT.

En total, USAID ha llevado a cabo 70 sesiones de FPIC: 35 con consejos comunitarios Afrocolombianos, y 35 con resguardos indígenas.

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“El ángel de Santo Madero fue USAID, porque nos ayudaron en el momento que estábamos que tirábamos la toalla, después de más de 10 años sin ver ningún resultado. El Programa hizo los acercamientos entre la comunidad y la ANT. Este título colectivo une vida y tierra, que es lo que confluye en el territorio.”

-Amilcar Rocha, líder  del Consejo Comunitario Santo Madero