Aproximadamente 1,6 mil millones de personas –más del 25 por ciento de la población mundial – dependen de los recursos forestales para la consecución de los medios de vida y la mayor parte de ellos (1,2 mil millones) utiliza los árboles en las explotaciones agrícolas para generar alimentos y dinero en efectivo.

Este texto muestra cómo las comunidades de hoy están ante el desafío de emprender un papel protagónico en la constitución del Estado nacional y de su propio desarrollo con las autonomías indígenas originarias campesinas y para ello están poniendo en práctica sus mecanismos de resolución de conflictos, normas e instituciones para, de esta manera, esclarecer y consolidar sus derechos de propiedad sobre la tierra.