La profundización del modelo económico extractivista imperante en los países de América latina, y en particular la actividad minera, basada en el saqueo de los Recursos Naturales, la vulneración de derechos y la violencia, se da acompañada paralelamente por procesos de denuncia, resistencia a estos proyectos y un común denominador en la lucha, son las mujeres, no solo porque reciben los perversos efectos de la minería en cuerpo y en el territorio, sino porque desde la economía del cuidado velan por el bienestar colectivo, velan por la salud de la familia, por la alimentación, por el trabajo