Por: Yaima Rodríguez Turiño
Cuando el mundo mira con preocupación el futuro de la Amazonía, organizaciones ambientalistas en Latinoamérica cuestionan la sostenibilidad de una política destinada a la producción agropecuaria como única alternativa de desarrollo.
"Son soluciones inmediatas a problemas económicos con consecuencias graves para la humanidad", dijo a Sputnik Marlene Quintanilla, directora de investigación y gestión del conocimiento en la Fundación 'Amigos de la Naturaleza' en Bolivia.
En un contexto en que el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, es cuestionado por la deforestación acelerada en la Amazonía brasileña, los expertos de FAN incitan a los Gobiernos amazónicos a ver los bosques como una alternativa de desarrollo.
En la actualidad, las principales amenazas de la Amazonía son la explotación minera y de hidrocarburos, la agricultura y la construcción de carreteras.
En el caso de Bolivia, Quintanilla explica que durante años han sido dependientes de los recursos naturales no renovables con la exportación de gas e hidrocarburos, "pero esto solo ya no sostiene a la economía".
Según contó Quintanilla, la apuesta por ampliar las zonas agrícolas también ha sido una solución de los agricultores y ganaderos bolivianos en los últimos años.
"Bolivia era líder mundial en bosques certificados, exportaba maderas con sello verde pero hoy día este enfoque ha cambiado hacia producción ganadera o agrícola, algo que a largo plazo no es sostenible para la economía", indicó.
"Creo que en estos momentos los Gobiernos amazónicos están buscando soluciones inmediatas, porque obviamente requieren garantizar una generación de ingresos y mantener un movimiento económico para dar respuestas a otros temas", explicó Quintanilla.
Ahora la mirada está en generar este movimiento económico y la ampliación agropecuaria, lo que parece una alternativa viable, pero desde la FAN aseguran que esta solución ha colocado en un punto de inflexión a la Amazonía por los impactos derivados del cambio climático.
En las últimas cuatro décadas, la temperatura de la Amazonía boliviana se ha incrementado 0,8 grados centígrados y las precipitaciones se han reducido en un 17%. Esto ha hecho que la época seca en Bolivia se haya ampliado y sea cada vez más intensa.
"Hemos identificado que en varios sitios de la Amazonía donde la época seca duraba entre tres y cuatro meses, se ha ampliado hasta cinco meses en las últimas décadas. Si seguimos a este ritmo, para 2050 la temperatura puede aumentar hasta 3,5 grados centígrados y la lluvia disminuirá un 20%", indicó la experta.
Con este escenario Quintanilla se pregunta qué agricultura o ganadería podrá sostenerse. La respuesta -afirmó- está en cambiar hábitos y la forma de ver el desarrollo.
"Hace falta que los Gobiernos amazónicos visualicen a los bosques como una alternativa para este desarrollo sostenible y en armonía con el entorno que tanto necesitamos", señaló.
El impacto climático influye también en el productor agrícola pecuario, porque "después de invertir en deforestar y ampliar una zona agrícola en poco tiempo tendrá que pensar cómo va a sostener al ganado o sus cultivos con altas temperaturas y menos lluvias", indicó.
En el caso de Bolivia, este impacto es muy complejo de resolver porque no existe una infraestructura para riego ni la tecnología suficiente para almacenar agua, agregó Quintanilla.
Según datos registrados por FAN, "hasta el 2017, la Amazonía boliviana había perdido 6,5 millones de hectáreas, lo que representa el 90% de la deforestación nacional".